Antropología del
Parentesco: Estudio de Caso.
Universidad
Nacional de El Salvador
Introducción.
Un tema de basto estudio entre
las investigaciones antropológicas ha sido las comunidades campesinas en el
mundo. Esta investigación pretende dar continuidad, bajo una diversidad de
líneas, a los estudios de poblaciones campesinas en el contexto contemporáneo,
específicamente en El Salvador a principios del siglo XXI. La importancia de
los estudios campesinos contemporáneos radica en los cambios socioculturales
que se viven, lo que lleva a la reflexión y crítica de conceptos anteriores,
logrando así dar cuenta de las dinámicas que viven actualmente estas
poblaciones, insertas dentro de los procesos de movilidad global.
Tradicionalmente, el campesino
mesoamericano se ha organizado alrededor del grupo doméstico, como se ha
constatado en el caso salvadoreño a través de las investigaciones del
arqueólogo Payson Sheets “el grupo doméstico […] constituía, en aquella época,
[año 600 D.C.], la célula de la estructura social de las comunidades
campesinas” (Lara Martínez 2003:75). Empero, a mediados de la década de 1970,
durante toda la década de 1980 y principios de 1990, la guerra civil sufrida
provocó en el oriente de Chalatenango un rompimiento con esta forma de
organización social. Me refiero a que hubo un quebrantamiento de los grupos
domésticos, ya que fueron principalmente hombres adultos y jóvenes quienes se
unieron a la guerrilla y en muchos casos perdieron la vida, lo que dio como
resultado una considerable cantidad de grupos
domésticos desquebrajados. En ese sentido, ¿Cuál ha sido el papel de los grupos domésticos en la reorganización de
la comunidad La Ceiba en el contexto de posguerra? Se convierte en la
pregunta transversal de esta investigación. La hipótesis de esta investigación
parte de que los grupos domésticos se han reorganizado tomando como base el
ciclo de desarrollo del grupo doméstico tradicional en Mesoamérica (Arizpe,
1973). Por lo tanto, como hipótesis, la base de la organización social de las
repoblaciones al oriente de Chalatenango son los grupos domésticos, es decir,
han reconstruido su dinámica tradicional.
La Ceiba,
Municipio de Las Vueltas, Chalatenango.
El
Cantón La Ceiba se encuentra ubicado en el municipio de Las Vueltas al oriente
del Departamento de Chalatenango. Durante la década de 1970 pasó un por proceso
organizativo y formativo de la población campesina, la cual se une al
movimiento revolucionario nacional a través de la Unión de Trabajadores del
Campo (UTC), y posteriormente Las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), parte
de las organizaciones político militares que formaron la Guerrilla Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)
A
inicios de la década de 1980 se desata el conflicto armado interno y la
población del oriente de Chalatenango, dentro de ella el Cantón La Ceiba, huyen
de sus comunidades de habitación con diversos destinos hasta 1987 que regresa
el primer grupo a repoblar la zona. En 1992, se firman los Acuerdos de Paz en
El Salvador e inicia un nuevo contexto para la consolidación de la organización
social adquirida en los años anteriores.
Marco teórico
El marco teórico de este ensayo va totalmente relacionado con la pregunta
de investigación del mismo. En ese sentido, son dos cosas las importantes a
tener claras para su desarrollo: la definición de los grupos domésticos y su
dinámica tradicional mesoamericana.
Arizpe (1973) plantea a los grupos domésticos dentro de un ciclo de
desarrollo en el tiempo y de esto depende la composición o el tipo de familia
tradicional. Donde una serie de factores son los que tienen que ver con el
crecimiento, la escisión y el tipo de las familias (1973:155)
Según Arizpe, la norma que guía la composición de los distintos grupos
domésticos se encuentra en el matrimonio monogámico y los distintos estados de
éste, sin dejar de lado los factores especiales como, la muerte temprana de un
padre o el tipo de descendencia de una pareja. Un aspecto importante dentro del
matrimonio monogámico es el parentesco. En Mesoamérica, el parentesco es
cognático, es decir, que se reconoce tanto la línea materna como la paterna.
Sin embargo, la residencia es mayoritariamente viripatrilocal, aunque no
descarta la posibilidad de llegar a ser uxoripatrilocal. También, con base a la
etnografía de Arizpe en Zacatipan (1973) se identifican nuevos valores en la
conformación de los grupos domésticos: la neolocalidad y el ingreso
independiente.
En relación a lo anterior, se visualiza un elemento importante para este
ensayo. Si bien la viripatrilocalidad es parte de la dinámica tradicional de
los campesinos en Mesoamérica, se ha observado dentro de estas poblaciones la
tendencia a la neolocalidad y el ingreso independiente, que corresponde a una
inclinación al sistema capitalista. La preferencia por la viripatrilocalidad o
la neolocalidad en los grupos domésticos de la Ceiba representará una mayor
integración o no al sistema capitalista, esto será importante de estudiar (si
no se pierde de vista el quebrantamiento de los grupos domésticos a
consecuencia del conflicto armado) debido a que una estrategia para proteger a
las familias nucleares incompletas, observadas por Lara Martínez (2003) en su
investigación de Joya de Cerén ha sido la familia ampliada.
Teniendo más claro en qué consisten los grupos domésticos y su dinámica,
debemos plantear una forma de estudiarlos para lo que me auxiliaré de Lara
Martínez (1994:58) donde plantea tres aspectos esenciales de estudio en los
grupos domésticos:
1.La base
material de los grupos domésticos, esto es la vivienda y sus implementos. De
donde se debe resaltar el valor cultural, asociado al poder económico y social
que tienen las distintas construcciones como los utensilios y herramientas que
guardan en sus casas.
2.Su composición
social, que está de acuerdo a todos los que viven bajo un mismo techo y se
consideran parientes entre sí. En la etnografía hecha por Carlos Lara (2003) en
el cantón Joya de Cerén, al occidente de El Salvador, estableció tres tipos de
familia: Familia nuclear, familia nuclear incompleta y familia ampliada.
3.El sistema de
normas y valores que los orienta. Donde valores como la solidaridad, ayuda
mutua, supremacía masculina y la autoridad de los grupos etarios, pueden
identificarse a través del grupo doméstico y el sistema de parentesco, donde la
relación vertical al interior del grupo doméstico juega un papel determinante
en la consolidación del mismo y su no dispersión, aunque también se dan
relaciones horizontales en su interior. Debido a su carácter cognático, puede
llegar a ser mezclado entre la línea materna y paterna, aunque ésta última
tienen predominio. Donde el grupo residencial conformado por la parentela
personal, tienen preponderancia sobre la parentela extendida.
Desde estos tres elementos se podrá entender mejor el desenvolvimiento de
los grupos domésticos en la organización social del cantón La Ceiba.
Desarrollo Investigación
El trabajo
de campo para este ensayo, será basado principalmente en una encuesta realizada
por la investigadora en conjunto con habitantes del cantón que colaboran de
fondo con la misma. La encuesta fue tomada a todos los grupos domésticos del
cantón, que está constituido por 61 familias con 236 personas.
De acuerdo con los datos de la
encuesta realizada, la composición social de los grupos domésticos de La Ceiba,
pueden ser definidos tal cual lo hace Carlos Lara (2003) en su libro de Joya de
Cerén: Familia nuclear 24/61; Familia Nuclear Incompleta 14/61 y Familia
Ampliada 22/61, de las cuales 18/61 están constituidas por fragmentos de dos
familias nucleares, mientras las otras con una familia nuclear y una familia
nuclear incompleta.
De los anteriores grupos
domésticos, 32.79% de sus hijos varones cuando se casaron, se fueron a vivir a
la casa del padre, el 3.28% se fueron a la casa de la madre, 19. 67 % pusieron
su propia casa y un 11.48% no opinó. Por parte de sus hijas, el 32.79% cuando
se casaron, fueron a vivir a la casa de sus suegros, 3.28% se fueron al terreno
de su suegro, 13.11% pusieron su propia casa y un 11.48% no opinó.
Sobre
la base material de los grupos domésticos, la mayoría de casas del cantón están
construidas de bloque 86.88%, mientras que de tipo mixto son 3.48%, 6.56 % de
adobe y 1.64% no opino. El 60.66% de las viviendas del cantón tienen piso de
ladrillo o cerámica, 24.59% de cemento y solo 14.75 % de tierra.
Las viviendas del cantón La
Ceiba, suelen distribuir los diferentes espacios al interior de la misma, es
decir, cuartos y cocina, mientras un corredor común une todos los espacios.
Convirtiéndose en el lugar de encuentro entre la familia y vecinos para las
actividades de su vida cotidiana. Al interior la mayor parte de las viviendas
cuentan con los siguientes elementos dentro de sus casas de habitación: Hamacas,
sillas de plástico, sofá, mesa, cama, sillones, banco, trastero, cocina leña,
cocina de gas y jugueteras.
Otro aspecto importante al
interior de las viviendas son los aparatos eléctricos y tradicionales al
interior de las mismas. Dentro de los aparatos eléctricos, las viviendas
cuentan con: el 81.97% aparato televisor, 73.77% aparato de música, 75.41%
refrigeradora, 54.10% licuadora, 18.03 % lavadora. En los aparatos
tradicionales figuraron: la piedra de moler 78.69% y el molinillo 14.75%
Con respecto a los servicios
básicos, la mayor parte de las viviendas cuentan con los mismos. Con servicio
de luz eléctrica cuenta un 70.49% de viviendas, 4.92% no tienen, mientras
24.59% no manifiestan una opinión al respecto. El servicio de agua está a cargo
de la Junta de Agua, que está formada por un grupo de ocho personas elegidas
mediante votaciones. El agua es regular en el cantón durante todo el día y
lleva un proceso de cloración. El 96.72% manifestó contar con agua, mientras
3.28% no dio opinión al respecto.
En el sistema de valores y
normas que orienta a los grupos domésticos del cantón La Ceiba, podemos
encontrar aspectos interesantes por medio de la encuesta, aunque deba ser
profundizado con los datos etnográficos. Cuando se preguntó a las familias,
quién es el jefe de hogar, un 54.10% dijo que era el hombre, un 42.62% dijo que
era la mujer y un 3.28% dijeron que eran ambos. Con respecto a la división del
trabajo al interior de los grupos domésticos, el 68.85% manifestó que era el
hombre el encargado de satisfacer las necesidades básicas del hogar, mientras
el 31.15% dijo que era la mujer. Donde el 73.77% de los jefes de familia, viven
de la agricultura. Esta división del trabajo se visualiza mejor en las labores
del hogar, donde el 96.72% dijeron que era tarea de la mujer y 3.28% el hombre.
Otros datos interesantes de
aprovechar, recolectados en la encuesta es que un 93.44% de la población del
cantón, mantienen relaciones de solidaridad social (compadrazgo), mientras solo
un 6.56% dijo no tener. Además, con respecto a la herencia 75.41% tienen preferencias
por una herencia igualitaria, solo un 3.28% opinó que era herencia es para los
hijos varones en primer lugar y 21.31% no dio opinión al respecto.
Reflexión Final
Con base a
la teoría y los hallazgos de campo, se pretende muy ambiciosamente dar una
respuesta preliminar a la pregunta de
investigación ¿Cuál ha sido el papel de
los grupos domésticos en la reorganización de la comunidad La Ceiba en el
contexto de posguerra? Con los datos de campo presentados, podemos
determinar que los grupos domésticos parecen efectivamente haber reconstruido
la dinámica tradicional mesoamericana que dominaba antes del conflicto armado.
Esto se denota en los datos sobre residencia matrimonial cuando el 32.79% de
los hijos varones se fueron a vivir a la casa de su padre, mientras 32.79% de
las hijas mujeres se fueron a vivir a la casa de sus suegros. Sin embargo, se
debe notar un importante aumento del porcentaje neolocal al 19.67% y 13.11%
respectivamente, el cual de ser establecido como predominante, rompería con el
ciclo tradicional de los grupos domésticos.
La residencia de los grupos
domésticos, se complementa con el sistema de normas y valores, donde se realzan
dos aspectos muy tradicionales: el hombre como el que debe satisfacer las
necesidades del hogar y la mujer como la encargada de las labores domésticas. Por tanto, en su mayoría, en hombre sigue
siendo el jefe de hogar, aunque la mujer se encuentra muy cerca de llegar al 50
% Sin embargo, el tema de las labores domésticas sigue siendo muy asimilado por
las mujeres, aunque estas trabajen. Por consiguiente, valores como la
supremacía masculina aún predominan, aunque tienen un mayor grado de
cuestionamiento. Por otro lado, la solidaridad y ayuda mutua son valores
altamente estimados que se reflejan en las relaciones de compadrazgo.
En
conclusión, los grupos domésticos del cantón La Ceiba se están reorganizando
con base al ciclo de desarrollo del grupo doméstico tradicional en Mesoamérica
(Arizpe, 1973). Convirtiéndose así en la base de la organización social de las
repoblaciones al oriente de Chalatenango que orientan el desenvolvimiento o la
reproducción material, social y simbólica. Sin embargo, esto no debe ser visto
como una reconstrucción total de su forma de vida anterior al conflicto, pues
la experiencia organizativa y formativa que adquieren las personas durante
estas décadas, ha provocado cambios socioculturales en el trabajo de estos
grupos domésticos, los cuales se reflejan en la estructura política y social,
aunque esta sea materia de otro ensayo. En resumidas cuentas, los grupos
domésticos de la Ceiba has reconstruido el ciclo de desarrollo del grupo
doméstico, pero bajo cambios y continuidades socioculturales, es decir, un
entrelazamiento de lo tradicional con lo moderno, lo que finalmente los identifica
por ser ellos mismos, es decir, su identidad.
Bibliografía
-
Arizpe, Lourdes. 1973. Parentesco y economía
en una sociedad nahua. México. Instituto Nacional Indigenista.
-
Lara Martínez, Carlos Benjamin. 2003. Joya de
Cerén. La Dinámica Sociocultural de una Comunidad Semi-Campesina de El
Salvador. San Salvador. CONCULTURA.