Esta iniciativa surge a partir de la cátedra de Antropología de la Religión impartida en la Universidad de El Salvador. Nace con una preguntas: ¿Qué es la religión y cómo es observada desde las diferentes culturas? Para responder a esta gran pregunta expondremos los múltiples enfoques que existen desde la antropología, los cuales pretenden entender los modos de conocer, explicar e intervenir esta parte del todo social humano.

lunes, 18 de junio de 2012

El Campesinado Salvadoreño: Una aproximación a la dinámica de los grupos domésticos en una repoblación al oriente de Chalatenango.


Antropología del Parentesco: Estudio de Caso.
Universidad Nacional de El Salvador
Introducción.
                Un tema de basto estudio entre las investigaciones antropológicas ha sido las comunidades campesinas en el mundo. Esta investigación pretende dar continuidad, bajo una diversidad de líneas, a los estudios de poblaciones campesinas en el contexto contemporáneo, específicamente en El Salvador a principios del siglo XXI. La importancia de los estudios campesinos contemporáneos radica en los cambios socioculturales que se viven, lo que lleva a la reflexión y crítica de conceptos anteriores, logrando así dar cuenta de las dinámicas que viven actualmente estas poblaciones, insertas dentro de los procesos de movilidad global.
                Tradicionalmente, el campesino mesoamericano se ha organizado alrededor del grupo doméstico, como se ha constatado en el caso salvadoreño a través de las investigaciones del arqueólogo Payson Sheets “el grupo doméstico […] constituía, en aquella época, [año 600 D.C.], la célula de la estructura social de las comunidades campesinas” (Lara Martínez 2003:75). Empero, a mediados de la década de 1970, durante toda la década de 1980 y principios de 1990, la guerra civil sufrida provocó en el oriente de Chalatenango un rompimiento con esta forma de organización social. Me refiero a que hubo un quebrantamiento de los grupos domésticos, ya que fueron principalmente hombres adultos y jóvenes quienes se unieron a la guerrilla y en muchos casos perdieron la vida, lo que dio como resultado una considerable cantidad de grupos domésticos desquebrajados. En ese sentido, ¿Cuál ha sido el papel de los grupos domésticos en la reorganización de la comunidad La Ceiba en el contexto de posguerra? Se convierte en la pregunta transversal de esta investigación. La hipótesis de esta investigación parte de que los grupos domésticos se han reorganizado tomando como base el ciclo de desarrollo del grupo doméstico tradicional en Mesoamérica (Arizpe, 1973). Por lo tanto, como hipótesis, la base de la organización social de las repoblaciones al oriente de Chalatenango son los grupos domésticos, es decir, han reconstruido su dinámica tradicional.
La Ceiba, Municipio de Las Vueltas, Chalatenango.
El Cantón La Ceiba se encuentra ubicado en el municipio de Las Vueltas al oriente del Departamento de Chalatenango. Durante la década de 1970 pasó un por proceso organizativo y formativo de la población campesina, la cual se une al movimiento revolucionario nacional a través de la Unión de Trabajadores del Campo (UTC), y posteriormente Las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), parte de las organizaciones político militares que formaron la Guerrilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)
A inicios de la década de 1980 se desata el conflicto armado interno y la población del oriente de Chalatenango, dentro de ella el Cantón La Ceiba, huyen de sus comunidades de habitación con diversos destinos hasta 1987 que regresa el primer grupo a repoblar la zona. En 1992, se firman los Acuerdos de Paz en El Salvador e inicia un nuevo contexto para la consolidación de la organización social adquirida en los años anteriores.
Marco teórico
El marco teórico de este ensayo va totalmente relacionado con la pregunta de investigación del mismo. En ese sentido, son dos cosas las importantes a tener claras para su desarrollo: la definición de los grupos domésticos y su dinámica tradicional mesoamericana.
Arizpe (1973) plantea a los grupos domésticos dentro de un ciclo de desarrollo en el tiempo y de esto depende la composición o el tipo de familia tradicional. Donde una serie de factores son los que tienen que ver con el crecimiento, la escisión y el tipo de las familias (1973:155)
Según Arizpe, la norma que guía la composición de los distintos grupos domésticos se encuentra en el matrimonio monogámico y los distintos estados de éste, sin dejar de lado los factores especiales como, la muerte temprana de un padre o el tipo de descendencia de una pareja. Un aspecto importante dentro del matrimonio monogámico es el parentesco. En Mesoamérica, el parentesco es cognático, es decir, que se reconoce tanto la línea materna como la paterna. Sin embargo, la residencia es mayoritariamente viripatrilocal, aunque no descarta la posibilidad de llegar a ser uxoripatrilocal. También, con base a la etnografía de Arizpe en Zacatipan (1973) se identifican nuevos valores en la conformación de los grupos domésticos: la neolocalidad y el ingreso independiente.
En relación a lo anterior, se visualiza un elemento importante para este ensayo. Si bien la viripatrilocalidad es parte de la dinámica tradicional de los campesinos en Mesoamérica, se ha observado dentro de estas poblaciones la tendencia a la neolocalidad y el ingreso independiente, que corresponde a una inclinación al sistema capitalista. La preferencia por la viripatrilocalidad o la neolocalidad en los grupos domésticos de la Ceiba representará una mayor integración o no al sistema capitalista, esto será importante de estudiar (si no se pierde de vista el quebrantamiento de los grupos domésticos a consecuencia del conflicto armado) debido a que una estrategia para proteger a las familias nucleares incompletas, observadas por Lara Martínez (2003) en su investigación de Joya de Cerén ha sido la familia ampliada.
Teniendo más claro en qué consisten los grupos domésticos y su dinámica, debemos plantear una forma de estudiarlos para lo que me auxiliaré de Lara Martínez (1994:58) donde plantea tres aspectos esenciales de estudio en los grupos domésticos:
1.La base material de los grupos domésticos, esto es la vivienda y sus implementos. De donde se debe resaltar el valor cultural, asociado al poder económico y social que tienen las distintas construcciones como los utensilios y herramientas que guardan en sus casas.
2.Su composición social, que está de acuerdo a todos los que viven bajo un mismo techo y se consideran parientes entre sí. En la etnografía hecha por Carlos Lara (2003) en el cantón Joya de Cerén, al occidente de El Salvador, estableció tres tipos de familia: Familia nuclear, familia nuclear incompleta y familia ampliada.
3.El sistema de normas y valores que los orienta. Donde valores como la solidaridad, ayuda mutua, supremacía masculina y la autoridad de los grupos etarios, pueden identificarse a través del grupo doméstico y el sistema de parentesco, donde la relación vertical al interior del grupo doméstico juega un papel determinante en la consolidación del mismo y su no dispersión, aunque también se dan relaciones horizontales en su interior. Debido a su carácter cognático, puede llegar a ser mezclado entre la línea materna y paterna, aunque ésta última tienen predominio. Donde el grupo residencial conformado por la parentela personal, tienen preponderancia sobre la parentela extendida.
Desde estos tres elementos se podrá entender mejor el desenvolvimiento de los grupos domésticos en la organización social del cantón La Ceiba.
Desarrollo Investigación
                El trabajo de campo para este ensayo, será basado principalmente en una encuesta realizada por la investigadora en conjunto con habitantes del cantón que colaboran de fondo con la misma. La encuesta fue tomada a todos los grupos domésticos del cantón, que está constituido por 61 familias con 236 personas.
                De acuerdo con los datos de la encuesta realizada, la composición social de los grupos domésticos de La Ceiba, pueden ser definidos tal cual lo hace Carlos Lara (2003) en su libro de Joya de Cerén: Familia nuclear 24/61; Familia Nuclear Incompleta 14/61 y Familia Ampliada 22/61, de las cuales 18/61 están constituidas por fragmentos de dos familias nucleares, mientras las otras con una familia nuclear y una familia nuclear incompleta.
                De los anteriores grupos domésticos, 32.79% de sus hijos varones cuando se casaron, se fueron a vivir a la casa del padre, el 3.28% se fueron a la casa de la madre, 19. 67 % pusieron su propia casa y un 11.48% no opinó. Por parte de sus hijas, el 32.79% cuando se casaron, fueron a vivir a la casa de sus suegros, 3.28% se fueron al terreno de su suegro, 13.11% pusieron su propia casa y un 11.48% no opinó.

                Sobre la base material de los grupos domésticos, la mayoría de casas del cantón están construidas de bloque 86.88%, mientras que de tipo mixto son 3.48%, 6.56 % de adobe y 1.64% no opino. El 60.66% de las viviendas del cantón tienen piso de ladrillo o cerámica, 24.59% de cemento y solo 14.75 % de tierra.
               
                Las viviendas del cantón La Ceiba, suelen distribuir los diferentes espacios al interior de la misma, es decir, cuartos y cocina, mientras un corredor común une todos los espacios. Convirtiéndose en el lugar de encuentro entre la familia y vecinos para las actividades de su vida cotidiana. Al interior la mayor parte de las viviendas cuentan con los siguientes elementos dentro de sus casas de habitación: Hamacas, sillas de plástico, sofá, mesa, cama, sillones, banco, trastero, cocina leña, cocina de gas y jugueteras.

                Otro aspecto importante al interior de las viviendas son los aparatos eléctricos y tradicionales al interior de las mismas. Dentro de los aparatos eléctricos, las viviendas cuentan con: el 81.97% aparato televisor, 73.77% aparato de música, 75.41% refrigeradora, 54.10% licuadora, 18.03 % lavadora. En los aparatos tradicionales figuraron: la piedra de moler 78.69% y el molinillo 14.75%

                Con respecto a los servicios básicos, la mayor parte de las viviendas cuentan con los mismos. Con servicio de luz eléctrica cuenta un 70.49% de viviendas, 4.92% no tienen, mientras 24.59% no manifiestan una opinión al respecto. El servicio de agua está a cargo de la Junta de Agua, que está formada por un grupo de ocho personas elegidas mediante votaciones. El agua es regular en el cantón durante todo el día y lleva un proceso de cloración. El 96.72% manifestó contar con agua, mientras 3.28% no dio opinión al respecto.

                En el sistema de valores y normas que orienta a los grupos domésticos del cantón La Ceiba, podemos encontrar aspectos interesantes por medio de la encuesta, aunque deba ser profundizado con los datos etnográficos. Cuando se preguntó a las familias, quién es el jefe de hogar, un 54.10% dijo que era el hombre, un 42.62% dijo que era la mujer y un 3.28% dijeron que eran ambos. Con respecto a la división del trabajo al interior de los grupos domésticos, el 68.85% manifestó que era el hombre el encargado de satisfacer las necesidades básicas del hogar, mientras el 31.15% dijo que era la mujer. Donde el 73.77% de los jefes de familia, viven de la agricultura. Esta división del trabajo se visualiza mejor en las labores del hogar, donde el 96.72% dijeron que era tarea de la mujer y 3.28% el hombre.

                Otros datos interesantes de aprovechar, recolectados en la encuesta es que un 93.44% de la población del cantón, mantienen relaciones de solidaridad social (compadrazgo), mientras solo un 6.56% dijo no tener. Además, con respecto a la herencia 75.41% tienen preferencias por una herencia igualitaria, solo un 3.28% opinó que era herencia es para los hijos varones en primer lugar y 21.31% no dio opinión al respecto.

Reflexión Final
                Con base a la teoría y los hallazgos de campo, se pretende muy ambiciosamente dar una respuesta preliminar a la pregunta de investigación ¿Cuál ha sido el papel de los grupos domésticos en la reorganización de la comunidad La Ceiba en el contexto de posguerra? Con los datos de campo presentados, podemos determinar que los grupos domésticos parecen efectivamente haber reconstruido la dinámica tradicional mesoamericana que dominaba antes del conflicto armado. Esto se denota en los datos sobre residencia matrimonial cuando el 32.79% de los hijos varones se fueron a vivir a la casa de su padre, mientras 32.79% de las hijas mujeres se fueron a vivir a la casa de sus suegros. Sin embargo, se debe notar un importante aumento del porcentaje neolocal al 19.67% y 13.11% respectivamente, el cual de ser establecido como predominante, rompería con el ciclo tradicional de los grupos domésticos.
                La residencia de los grupos domésticos, se complementa con el sistema de normas y valores, donde se realzan dos aspectos muy tradicionales: el hombre como el que debe satisfacer las necesidades del hogar y la mujer como la encargada de las labores domésticas.  Por tanto, en su mayoría, en hombre sigue siendo el jefe de hogar, aunque la mujer se encuentra muy cerca de llegar al 50 % Sin embargo, el tema de las labores domésticas sigue siendo muy asimilado por las mujeres, aunque estas trabajen. Por consiguiente, valores como la supremacía masculina aún predominan, aunque tienen un mayor grado de cuestionamiento. Por otro lado, la solidaridad y ayuda mutua son valores altamente estimados que se reflejan en las relaciones de compadrazgo.
En conclusión, los grupos domésticos del cantón La Ceiba se están reorganizando con base al ciclo de desarrollo del grupo doméstico tradicional en Mesoamérica (Arizpe, 1973). Convirtiéndose así en la base de la organización social de las repoblaciones al oriente de Chalatenango que orientan el desenvolvimiento o la reproducción material, social y simbólica. Sin embargo, esto no debe ser visto como una reconstrucción total de su forma de vida anterior al conflicto, pues la experiencia organizativa y formativa que adquieren las personas durante estas décadas, ha provocado cambios socioculturales en el trabajo de estos grupos domésticos, los cuales se reflejan en la estructura política y social, aunque esta sea materia de otro ensayo. En resumidas cuentas, los grupos domésticos de la Ceiba has reconstruido el ciclo de desarrollo del grupo doméstico, pero bajo cambios y continuidades socioculturales, es decir, un entrelazamiento de lo tradicional con lo moderno, lo que finalmente los identifica por ser ellos mismos, es decir, su identidad.

Bibliografía
-          Arizpe, Lourdes. 1973. Parentesco y economía en una sociedad nahua. México. Instituto Nacional Indigenista.
-          Lara Martínez, Carlos Benjamin. 2003. Joya de Cerén. La Dinámica Sociocultural de una Comunidad Semi-Campesina de El Salvador. San Salvador. CONCULTURA. 

Reseña: Antropología y Maternidad, una invitación.


Comenzar a escribir sobre un tema nuevo, trae retos literarios. Los oficios de la maternidad una mirada desde la antropología médica¸ es uno de esos temas. El artículo pertenece a la revista de Antropología Social “Desacatos”. Que a pesar de ser un artículo relativamente pequeño, está concentrado de datos y nuevas ideas para el contexto salvadoreño que no me había preguntado antes. Soledad González Montes perteneciente al Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer de El Colegio de México, realiza una lectura del libro “Entender y atender la enfermedad. Los saberes maternos frente a los padecimientos infantiles.” De Rosa Osorio Carranza y producido por INI, CIESAS, Conaculta-INAH; algunos de los centros de estudios antropológicos más importantes en México. En el entendido que es una interpretación de otra interpretación, continuaré con los diálogos académicos en una interpretación de interpretaciones, a la luz del contexto actual de El Salvador a principios de S. XXI
El tema del instinto materno, pareciera menos denso de lo que parece, sin embargo querer deconstruir el instinto materno es tarea de toda la vida ¿Cuándo acaba el instinto materno? Como hipótesis podría decir que muere con la mujer y nace con otra. Y no pertenece al mundo de lo biológico, aunque pareciera, sino a una construcción sociocultural que involucra relaciones de género, donde la mujer es la protectora de sus hijos. En ese sentido, Osorio Carranza (2001) se propone desnaturalizar el papel de las madres como guardianas de la salud infantil, perteneciente a relaciones de género implicadas en la división sexual del trabajo. Para eso, la autora emprende una interesante estrategia metodológica en el municipio de Huixquilucan, Estado de México. Donde las mujeres adquieren una responsabilidad vital que no ha sido reconocida anteriormente, esto es, detectar los primeros signos de alarma, diagnóstica, cuida, identifica la gravedad de cada caso y canaliza al enfermo aplicando los tratamientos, cuidado la alimentación y la toma de medicamentos. En otras palabras, el cuido de la vida de los menores. Empero, pese a que la responsabilidad no es formalmente reconocida, no es un fenómeno desconocido para las ciencias sociales, con algunos estudios reconocidos en México durante la década de 1990.
En relación a lo anterior ¿Qué propone de nuevo la autora? En primer lugar amplia la investigación del tema, en segundo lugar, el enfoque metodológico.  La autora se pregunta ¿Qué factores y cómo influyen en la toma de decisiones con respecto a qué hacer frente a la enfermedad de un hijo? Osorio (2001) implementa una estrategia metodológica donde da seguimiento a un grupo de mujeres, lo que denominó “la carrera del enfermo” estrategia que le permitió recopilar altos niveles de información completa y sistemática, en un vaivén entre la perspectiva emic-etic, donde con base a la primera interpreta las percepciones de las mujeres madres frente a diferentes tipo de enfermedad, cómo y por qué lo hacen, es decir, criterios, diagnóstico y pronóstico. A esto se refiere la autora cuando habla de “la carrera del enfermo” porque cada niño o niña enferma implica un aprendizaje con base a la observación, la prueba y el error, esto no quiere decir que los niños y las niñas necesariamente mueren, sino que tienen un nivel de flexibilidad y rapidez para implementar un nuevo diagnóstico que las permite llegar a una solución, a través de un modelo médico, que de acuerdo con la autora, es manejado por las madres. Esto quiere decir, un manejo integral de la enfermedad vinculado a la calidad de vida del niño y la niña enferma.
La lectura de estos hallazgos es para Soledad González (2003) la existencia de una cultura médica popular compleja fundamentada en las mujeres. Pero, ¿Qué implicaciones tiene esta medicina popular de las mujeres? En primer lugar, un choque contra la medicina occidental, donde los médicos desvalorizan el trabajo de las mujeres, por creerlas ignorantes, aunque según la autora su principal molestia es el hecho que las mujeres tengan un criterio propio (2001). En segundo, la autora se refiere al lugar que la mujer ocupa en la jerarquía de autoridad dentro de la familia, es decir, quién o quienes toman las decisiones. Siendo el municipio de estudio un lugar más bien urbano, la autora hace el contraste entre un municipio indígena rural donde la pareja reside en familia numerosas y la mujer no tiene decisión en la salud infantil, y en la zona urbana, de carácter neolocal, las mujeres deciden directamente en la salud de los y las niñas, aunque “señala que están subordinadas a maridos que con frecuencia las maltratan” (2003)
En relación a lo anterior, Soledad González (2003) concluye cómo hay maneras diversas de vivir las relaciones de género y la función materna, según la situación de clase, étnica y cultural. Lo que abre otras formas de acercarse a entender los roles de las mujeres y el grado de autonomía o subordinación en el que viven y cómo esto varía a lo largo de su vida, y se modifica sus posibilidades de intervención en la salud materno-infantil.
En el caso de El Salvador, este artículo me inundó de una cantidad de preguntas investigativas en cuanto a la maternidad relacionada con la salud materno infantil. Partiendo de la base, que el incipiente desarrollo de la antropología en el país crea un desconocimiento grande en las poblaciones que habitan dentro del mismo; por tanto hay muy pocas investigaciones que partan de lo emic, mucho menos que establezcan un diálogo con lo etic. Donde en muchos casos nos podemos dejar guiar por concepciones puramente occidentales y etnocentricas, como pensar que los médicos occidentales son una ciencia verdadera y última en el cuido de la salud. Teniendo en cuenta que la identidad y como producto la cultura se van formando en el entrelazamiento entre lo tradicional y lo moderno ¿Cuándo se conoce del papel de la madre en el cuido de sus hijos e hijas? ¿Qué pesa más entre lo tradicional y lo moderno? ¿Cómo se entrelazan? ¿Y por qué?
Por otro lado, revalorizar la posición de las mujeres dentro de la esfera doméstica, esto vendría estar ligado a estar mayormente consciente de las categorías androcéntricas que a niveles preconscientes pueden afectar el rumbo de las investigaciones. Estudios como el descrito anteriormente nos ayudan a repensar, reflexionar y dar mejor cuenta de las relaciones de poder que se sostienen a nivel doméstico. En relación a todo lo anterior, ¿Qué está pasando en EL Salvador en los diferentes contextos socioculturales en relación a este tema? No lo sé. En ese sentido, esta reseña pretende ser una invitación al trabajo de investigación antropológico que permita abordar la realidad desde otras maneras, reconociendo cada vez más nuestras subjetividades.

Bibliografía:
-          González Montes, Soledad. Los oficios de la maternidad una mirada desde la antropología médica. 2003. Desacatos. Número 013. Distrito Federal.