Esta iniciativa surge a partir de la cátedra de Antropología de la Religión impartida en la Universidad de El Salvador. Nace con una preguntas: ¿Qué es la religión y cómo es observada desde las diferentes culturas? Para responder a esta gran pregunta expondremos los múltiples enfoques que existen desde la antropología, los cuales pretenden entender los modos de conocer, explicar e intervenir esta parte del todo social humano.

domingo, 3 de julio de 2011

El segundo trabajo se trata de una propuesta de estudio del agua desde la antropología.

Antropología y agua: otra perspectiva de estudio.
                                                                                                            
Introducción

                Cuando hablamos de la relación ser humano agua, se tiende a ver de forma reductiva, es decir, no se toma en cuenta la interacción completa del ser humano y el agua. Podemos pensar en el agua que nos cae del fregadero para lavar los platos, las manos y algunas personas que tienen baños lavables, es decir, los usos domésticos del agua. Pero, si los usos domésticos es sólo una parte de la relación del ser humano y el agua, a qué entonces nos referimos ¿Cuál es la relación cotidiana que el ser humano mantiene con el agua? En otras palabras, ¿Cuál es la cultura del agua? Definitivamente hablar de una cultura del agua universal es una osadía sin sentido, pero sí, podemos hablar de la cultura del agua salvadoreña, lo que quiere decir que debemos de investigar las normas y valores que orientan los usos del agua en la sociedad salvadoreña y su diversidad de sectores. Recordemos que la cultura es un campo muy amplio de estudio, que incluye la forma en que pensamos, decimos, actuamos y simbolizamos, son todos estos factores los que están actuando en la construcción de la realidad social y la forma en que se concibe el agua.

Justificación

La idea de esta propuesta surge a partir de la cátedra de Ecología Cultural como un instrumento que pueda ayudar a orientar o idear futuros estudios con respecto a la antropología del agua, como es denominada. Algo fundamental dentro de cualquier estudio antropológico es visualizar el alcance y junto con éste el aporte a la sociedad de estudio. Con respecto a la antropología del agua, la importancia de su estudio radica en entender, lo antes explicado, la relación entre ser humano y agua de una forma holística; permitiendo así impulsar o transformar actitudes, hábitos, conflictos respecto a quién tiene y quién no tiene el recurso agua, entre otros aspectos de la cultura del agua en El Salvador, lo cual permita a los investigadores sociales, en conjunto con otras ciencias de-construir, para luego reconstruir a luz de los estudios realizados las ideas perjudiciales que los y las salvadoreñas tienen respecto al agua. Dentro de las cuales podemos mencionar: la contaminación, desperdicio, uso irresponsable y también la falta de conocimientos sobre de dónde viene el agua y su posición dentro de los recursos naturales, así también mejores planes para la gobernanza del agua.

Breve diagnóstico sobre la situación del agua en el país.

                Este diagnóstico estará basado en una investigación llevada a cabo por el PNUD en EL Salvador para el año 2006, titulada: “El agua, una valoración económica de los recursos hídricos en El Salvador”.
               
                Primero, se debe comenzar aclarando que el agua es considerada  como un recurso natural no renovable, es decir, finito. Según el PNUD, El Salvador tiene una oferta hídrica limitada, debido, número uno, el factor natural, es decir, su geografía, ya que es un bosque tropical seco; número dos, los factores no naturales, entre los que se puede mencionar: degradación de los ecosistemas, alta densidad demográfica, malas prácticas en el manejo integral de las cuencas hidrográficas, dentro de las que caben, mala distribución y utilización, tanto en la zona rural como urbana.

                Las aguas superficiales de El Salvador vienen de 360 ríos que corresponden a diez cuencas hidrográficas principales. La cuenca del río Lempa es la más importante del país, cubriendo la mitad del territorio nacional (47.91%). La lluvia es la forma de sustento de las fuentes superficiales y subterráneas, de las que se extrae agua para satisfacer las necesidades de todos los sectores de la sociedad salvadoreña. Sin embargo, las cuencas se encuentran en un proceso de degradación, no poseen un mecanismo natural de regulación.

                Pese a la situación anteriormente descrita, con respecto a la disponibilidad y oferta de agua en el país, el capital hídrico aproximado de El Salvador registra una cantidad alta, sin embargo El Salvador es considerado en una situación de “escasez relativa” por la densidad demográfica del país. Es decir, bajo las actuales regulaciones y formas de distribución del agua, no alcanza para satisfacer la demanda de toda la población. Empero, a la par de la alta densidad demográfica, se encuentran otros factores de cambio importantes como: cambio climático, disminución de la infiltración en el patrón de escurrimiento en las cuencas debido a los cambios en los suelos (construcciones, pavimentación, etc), los cuales han provocado el cambio de ríos permanentes a ríos o quebradas de invierno.

                Otro importantísimo problema que afecta en gran medida los recursos hídricos en El Salvador es la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas. Según los datos de un monitoreo de 55 ríos, la calidad de agua en El Salvador va de: Excelente o Buena 0%; Regular 60%; Mala-Pésima 40%; Para riego 12%; Para recreación 3% y para potabilizar 11%. [1] El pronóstico de estos indicadores es el recrudecimiento, sino hay una intervención urgente.

                Es necesario también enfocarse en la parte de producción de agua potable, La Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), es quien da la mayor parte de cobertura de agua potable en el país, específicamente zonas urbanas. Sin embargo, a la par de ANDA se encuentran otros proveedores locales, que llevan agua a la otra parte de la población, entre comités y cooperativas, principalmente en zonas rurales. Empero, estos sistemas de distribución guardan algunos problemas técnicos y sociales: pérdidas o fugas de agua en la red de distribución, conexiones ilegales, robos de hidrantes, etc.

                Un dato interesante en el estudio, es el alto consumo de agua que tiene el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS), ya que se le destinó en 2005 el 58.3% de la producción total de agua potable en el año, mientras las otras zonas central, occidental y oriente se abastecieron con el 16.1%, 15.2% y 10.4% respectivamente. Lo que demuestra un bajo sentido el consumo responsable en la pequeña zona de AMSS. Al mismo tiempo, se puede ver una sería desventaja entre el área urbana y el área rural.

                Hasta el momento, me he enfocado en el agua potable de uso doméstico, pero también debemos considerar otros grandes usos, como son: Uso para riego, que para el año 2003 utilizó el volumen de 250 millones de metros cúbicos. Sin embargo, se debe decir que la competencia que se genera entre los sectores por el agua, la agricultura es la menos favorecida. Por otro lado, se encuentro el uso de agua en la industria, la energía y el turismo.



El abordaje del agua desde la antropología (propuestas de investigación)
               
Ahora bien, bajo el breve panorama presentado anteriormente sobre la situación del agua en El Salvador y los problemas y desafíos que esta plantea, surge una importante pregunta: ¿Cómo puede incidir concretamente las ciencias antropológicas en los problemas del agua de El Salvador? Para responder a esta pregunta de forma precisa, se plantean dos propuestas de investigación capaces de arrojar nueva luz sobre los niveles de estudio del recurso agua.

                Propuesta uno.

                A partir de los años  1960 y 1970, se inicia una nueva gama de estudios dentro de la ecología cultural, bajo el nombre de ecología política. El objetivo de estos nuevos estudios era visibilizar y analizar las relaciones de poder (políticas, sociales y económicas) que se forjaran en torno al recurso agua (Ulloa: 2001). Sin embargo, se debe apuntar que la concepción de la naturaleza ha cambiado a lo largo de la historia. Al principio, se tenía la noción monista de la naturaleza, es decir, la naturaleza y el ser humano como una sola cosa, además de ser neutra, apolítica, paradisiaca; luego, se desarrolló la noción dualista de la naturaleza, donde el ser humano y la naturaleza se separan,  y la orientación es la dominación de la naturaleza como algo externo, de lo cual el ser humano es superior, puede tenerla (Ulloa:2001). Convirtiéndose la naturaleza, dentro de ella por supuesto el agua, como una cosa que puede ser poseída y apropiada como un producto dominado por el ser humano, quien le da mejor cuerpo y sustenta esta idea dentro de la antropología es Leslie White para quien cultura significa, el aprovechamiento y control de la energía, ya que mientras más controle el ser humano la naturaleza, más desarrollada es su cultura o civilización (Bohannan; Glazer : 1998).
                Ahora bien, ¿Qué implica el poder? A un nivel simple, el poder implica el control y dominación de los recursos que son importantes dentro de una sociedad, en este caso hablaremos del control y dominio del agua. El agua es un recurso vital, también ha sido declarado como un derecho humano; sin embargo, en torno al agua existen diversas fuerzas que confluyen. Teniendo en cuenta lo discutido en el diagnóstico de agua, la limitada oferta hídrica en el país debido a una gran gama de factores, desde geográficos hasta socioculturales, la situación de “escasez relativa” que se viven El Salvador, nos lanza el primer indicador, es decir, que no todas las personas tienen acceso al agua y si ahora sumamos los diversos usos del agua nos topamos con una gran pregunta: ¿Quiénes pagan las consecuencias de esta escasez relativa? Ya que si un sector tienen el control del recurso agua, quieren decir que hay otros que no lo tienen. Por lo tanto, existe el par de oposición dominador/dominado.
                Viéndolo desde una perspectiva amplia, podemos identificar algunas relaciones de poder que inciden actualmente en la redistribución del agua. Por ejemplo, con respecto a la producción de agua potable, la administración ANDA, da la mayor cobertura de agua potable en el país, de forma privilegiada da las zonas urbanas. Mientras las zonas rurales deben abastecerse con entes privados o mediante el acarreo de agua desde el río o pozas. Finalmente, existe un dato más producido en 2005 que nos refleja la inequitativa distribución del agua; en el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) se utiliza el 58.3% del agua potable total del país, mientras las demás zonas del país, la mayoría con población rural, tienen que acomodarse con el 41.7 % restante.
Cabe señalar otro punto, existe también un conflicto en las relaciones con respecto a los usos del agua, dentro de los que están agricultura, industrias, domésticas, servicios, energía hidroeléctrica y turismo. Según el informe que se señala en la parte de diagnóstico de agua, la competencia entre los diversos sectores, la agricultura es el sector menos favorecido y también son quienes se encuentran especialmente en el sector rural.  

En base a todo lo mencionado antes; persiste la oposición DOMINANTES/DOMINADOS; RIQUEZA/POBREZA y CIUDAD/RURAL
CUIDAD:RURAL::RIQUEZA:POBREZA::DOMINANTES:DOMINADOS
Lo que quiero evidenciar mediante esta fórmula matemática de razones es la hipótesis que en el área de la ciudad viven los sectores que guardan cierto grado de riqueza, que se transforma en poder y los coloca como los dominantes. Mientras, que en el sector rural se ve reflejada una realidad contraria, ya que son familias que viven mayormente de la agricultura de subsistencia, carecen de poder, convirtiéndose así en los dominados.
Por lo anterior, propongo la línea de estudio entre la ciudad y la ruralidad; visibilizando las relaciones de poder existentes, que a través del informe presentado, muestra la forma parcial e inequitativa, además falta de regulación con respecto al recurso del agua.

Propuesta dos.

                La propuesta dos consiste al campo de las idea, de la ideología o de la epistemología del agua. En este caso, los mejores referentes para el soporte teórico son los postestructuralistas Arturo Escobar (1994)  y Enrique Leff (2003). Esta es una corriente que surge en los años 1970´s, si notamos es contemporáneo con los estudios de ecología política, de hecho podríamos decir que la escuela postestructuralista es un antecedente de la ecología política, ya que es gracias a Michael Foucalt, que se sumerge en el campo de las relaciones de poder y su construcción social. De ahí el hecho que Leff sea postestructuralista y un ecólogo político. Ahora bien, en palabras sencillas, los postestructuralistas, juegan con la idea de contingente, lo que quiere decir algo que puede ser o no ser; ellos intentan mostrar que “el mundo” tal y como se conoce en el occidente fue construido socialmente y no tiene que ser de ninguna manera la correcto o natural.

                En ese sentido, va encaminada mi segunda propuesta. Dentro de la introducción a este texto, se habló de la relación cotidiana del ser humano con el agua, de indagar en la “cultura del agua” contemporánea, especificamos que no se quedaba sólo en el campo de del hacer, sino también del decir y pensar (lenguaje y simbolismo). Dentro de una clase de Ecología Cultural, hablamos y caracterizamos parte del imaginario social, del que debemos decirlo hemos sido o somos parte, donde surgieron una serie de ideas respecto al agua: “Hasta que no la tenemos, nos acordamos de ella”; “Abundante”; “Inacabable”; “Contaminamos el agua”; “Desperdicio”; “uso irresponsable”.

                En ese sentido, la propuesta número dos está encaminada en el lema de la política del Recurso Hídrico en El Salvador hacia la Gobernabilidad en la Gestión del agua: “Por una nueva cultura del agua” ¿Qué implica esto? La de-construcción de las ideas socialmente hechas, para la reconstrucción de nuevas ideas en búsqueda de la equidad, regulación y sostenibilidad del recurso agua para las actuales y futuras generación.

Bibliografía.

Ø  Bohannan, Paul; Glazer, Mark. Antropología: Lecturas. 1998 Segunda Edición. Mc Graw Hill. Madrid.
Ø   Leff, Enrique. La Ecología Política en América Latina. Un campo en construcción. 2003. CLACSO.
Ø  Escobar, Arturo. El Final del Salvaje. 1994.
Ø  PNUD. El agua, una valoración económica de los recursos hídricos en El Salvador.2006.
Ø  Ulloa, Astrid. Transformaciones en las investigaciones antropológicas sobre naturaleza, ecología y medio ambiente. 2001. Revista Colombiana de Antropología. Bogotá.


[1] Datos proporcionados durante la clase den Ecología Cultural 2011.

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