Esta iniciativa surge a partir de la cátedra de Antropología de la Religión impartida en la Universidad de El Salvador. Nace con una preguntas: ¿Qué es la religión y cómo es observada desde las diferentes culturas? Para responder a esta gran pregunta expondremos los múltiples enfoques que existen desde la antropología, los cuales pretenden entender los modos de conocer, explicar e intervenir esta parte del todo social humano.

martes, 15 de noviembre de 2011

REFLEXIONANDO SOBRE LA OBJETIVIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES, ATERRIZANDO EN LA ANTROPOLOGÍA

Existen dos posturas claras en antropología en las que se debate el tema de la objetividad: interpretativa y descriptiva; que también se ve reflejada en la antropología salvadoreña actual, como uno de sus últimos paradigmas. En un principio, se pretendía que la antropología fuera una ciencia positivista, al estilo durkhemiano, donde los sujetos son estudiados como objetos. Sin embargo, la crítica a esto fue, que el “objeto” de estudio de la antropología, era nada menos que el ser humano mismo, el cual es cognitivo, volitivo y afectivo, por lo que puede emprender nuevas tareas y cambiar el rumbo de los acontecimientos, es decir, que no es como mezclar agua con sal, la cual irremediablemente será salada.

            A lo anterior, debe sumársele que antropólogo o antropóloga, es también un sujeto cultural, material y simbólico, que se desarrolló en el seno de alguna sociedad y por tanto, también carga con los valores y normas de esta, es decir, las formas ideales de vivir.

            Ahora bien, desde los dos puntos anteriores, en verdad no se podría hablar de unas ciencias sociales totalmente objetivas y neutrales, sería una ingenuidad por nuestra parte. Al igual que Weber expone su afinidad por la religión protestante, creo que un buen ejercicio que se puede poner en práctica es dar cuenta, ya sea en la introducción o justificación a un trabajo, sobre el entorno social del investigador, sus afinidades e ideología. Porque, recordemos que entre más inconscientes seamos a los valores de la sociedad donde vivimos, más condicionados estamos a ellos, entonces dando cuenta de los mismos, hacemos una buena reflexión y aporte a la objetividad de nuestra investigación, cualquiera que sea.

            Regresando la diferenciación hecha algunos párrafos atrás, entre antropología interpretativa y antropología descriptiva. La posmodernidad, conocida como el momento en que lo tradicional y lo moderno chocan, también trajo a la antropología a un dilema interno, donde los pasados estructuralistas, apoyan el desentrañamiento de la cultura profunda, a través de un ejercicio intelectual, mientras los llamados posmodernos acudían a extensivas descripción de las comunidades y pueblos estudiados, proponiendo esto como única forma ética de estudio. La objetividad, una reflexión viciosa, porque será una pregunta y reflexión eterna y nueva cada vez. Finalmente, pienso, debemos ver el relativo valor de la antropología, como una ciencia de carácter distinto a las ciencias naturales o matemáticas, en donde, y aunque oscuro suene esto, nunca tendremos certeza absoluta de sus conclusiones. Sin embargo, seguiremos intentando interpretar, tal cual lo dice Geertz, cómo los otros dan respuesta a las grandes preguntas de la humanidad. 

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